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Todas las naciones poderosas
    que luchan contra Ariel,
todos los que le hacen la guerra,
    combaten contra sus fortalezas y la inquietan,
pasarán como un sueño,
    como una visión en la noche.
Igual que cuando alguien que tiene hambre se sueña comiendo,
    pero despierta y sigue en las mismas;
o como cuando alguien tiene sed y sueña que bebe algo,
    pero despierta y sigue débil y con sed.
Así sucederá con todas las naciones
    que luchan contra el monte Sion.

Sigan haciéndose los tontos y asombrándose,
    háganse los ciegos y no vean.
Embriáguense, pero no con vino.
    Tambaléense, pero no por la bebida.

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